sábado, 18 de octubre de 2014

YA MÁS DE 20 DÍAS DE AUSENCIA Carta Abierta del Movimiento Iglesias por la Paz


 

YA MÁS DE 20 DÍAS DE AUSENCIA

Carta Abierta del Movimiento Iglesias por la Paz

A los jóvenes normalistas de Ayotzinapa

A los Padres y a las Madres de Familia de Guerrero

A toda la Sociedad mexicana e internacional


¿Qué decirles hermanos normalistas, padres y madres de Ayotzinapa? ¿Cómo reaccionar como personas de fe , como sociedad civil, cuando ya han pasado más de 20 días y nadie ha sido señalado como culpable de   6 asesinados y 11 heridos en Iguala, y 43 de sus compañeros, de sus hijos, no aparecen por ningún lado. Han pasado más de 20 días, ¿dónde están? Ustedes, nosotras y nosotros también nos preguntamos.

Ustedes han externado que no  le creen al gobernador de Guerrero Ángel Aguirre Rivero, ni a Peña Nieto, ni a la PGR, ni a la dirigencia perredista (que de manera innoble aún respalda al gobierno de su “correligionario”), sobre culpar sólo al crimen organizado, al supuesto cártel de “Guerreros Unidos”. Muchas mexicanas y mexicanos tampoco les creemos, y tampoco la opinión pública internacional, cuando a todas luces se sabe que se trata de  un crimen de Estado donde están involucradas policías y funcionarios de distintos niveles de gobierno.No aceptaremos que los hechos se atribuyan al crimen organizado, cuando a todas luces sabemos que se trató de un crimen de Estado, en el que policías y funcionarios de distintos niveles de gobierno estuvieron involucrados, por omisión o por aquiescencia.No aceptaremos que los hechos se atribuyan al crimen organizado, cuando a todas luces sabemos que se trató de un crimen de Estado, en el que policías y funcionarios de distintos niveles de gobierno estuvieron involucrados, por omisión o por aquiescencia.

En estos momentos la clase gobernante de México está urdiendo la cadena de mentiras que les servirán para no asumir su  responsabilidad en los crímenes  de lesa humanidad cometidos contra los jóvenes asesinados y desaparecidos de la Normal Rural de Ayotzinapa, como las declaraciones cínicas de Aguirre Rivero  en un encuentro con legisladores federales y otros funcionarios del Estado con la prensa local y nacional de “que el Estado de Derecho prevalece en su entidad, y sólo en el municipio de Iguala se encuentra el problema de inseguridad”.

No ignoramos las mexicanas y los mexicanos que entre algunos munícipes y funcionarios estatales de Guerrero, pareciera que existe colusión con el crimen organizado y que prevalece entre aquellos  la evidente intención de criminalizar a todo tipo de voz disidente, incluyendo la de los combativos jóvenes de la Normal Rural “Raúl Isidro Burgos”. Pioquinto Damián Huato, ex Secretario de Educación de Guerrero, en declaraciones recientes dijo que Ángel Heladio Aguirre Rivero le pidió, cuando era gobernador interino del estado (1996-1999), “que acusara a los normalistas de Ayotzinapa ante la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) de ser guerrilleros para poder encarcelarlos “por el odio que les tiene”.

¿Qué decirles a ustedes, cómo reaccionar hermanos normalistas, padres y madres de Ayotzinapa? Sólo decirles que la fe sin obras es muerta como dijo el apóstol Santiago, por tanto, decirles que NOS SUMAMOS a la declaración que ya está circulando en la redes sociales; “que el próximo 22 de octubre volveremos a salir a las calles, seguiremos sumando voces ante el silencio que nos deja la ausencia de sus compañeros, de nuestros compañeros. Hoy todos somos Ayotzinapa, lo sentimos en nuestros corazones heridos por la violencia, somos Ayotzinapa y somos parte del mismo clamor que se escucha con los gritos nuestros que se suman a los suyos, todos somos Ayotzinapa”.

 
Desde nuestras incapacidades, desde nuestras debilidades, desde nuestros miedos y temores, desde nuestro egoísmo…decimos, si…es lo mínimo que podemos hacer…echar el hombro, apoyar en la marcha del 22, y en las acciones que sigan.

No basta con la indignación, es nuestro compromiso, además de sumarnos a las acciones que se realicen, el expresar nuestra solidaridad, nuestra palabra de consuelo y esperanza, nuestra oración y nuestro compromiso por informar, concientizar  y  no dejar de clamar por verdad y justicia como iglesias y personas de fe.

Pero sabemos que debemos hacer más: poner el cuerpo…vivir la fe en hechos que puedan verse y tocarse. No buscan sólo un abrazo, un consuelo silente, que se los damos, sino además el acompañarles en la denuncia, en el reclamo, en la exigencia de justicia hacia  las autoridades responsables: lo político, lo espiritual, lo emocional. En porfiar en la ESPERANZA de que sus hermanos, sus hijos -padres y madres de Ayotzinapa- aparezcan nuevamente cruzando el umbral de sus hogares.

 

¡¡PRESENTACIÓN CON VIDA!!

¡¡CASTIGO A LOS RESPONSABLES!!

¡¡APOYO A LOS FAMILIARES Y A LAS NORMALES RURALES!!

 ¡¡¡ LOS QUEREMOS VIVOS!!!

 
 
 
 





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